
También hace mucho que no encuentro tirado en la calle, o en el cantero de algún árbol un soldado perdido, tal vez herido o aturdido por las bombas… ya no se ven.
Indagando un poco he llegado a la conclusión que la desaparición de los soldaditos de juguetes no se debe solo a los espectaculares videos juegos que se pueden conseguir, quizás, por el mismo precio que una bolsa de 50 marines norteamericanos. Se debe a la falta de imaginación de los chicos de hoy, pero también de sus padres, que tuvieron soldaditos pero no sabían jugar y por eso no quedaron de herencia para sus hijos.
Yo siempre tuve soldaditos, indios y vaqueros de juguetes। También tuve Fuertes con torres y barcos porta aviones y aviones. Solo o con mi hermano podía entretenerme por horas, y quiero compartir las instrucciones.
INSTRUCCIONES
Para jugar se necesitan dos ejércitos de la misma cantidad de soldados, diferenciados por el color y un lugar con recovecos separados por lo menos por 2 metros entre una punta y la otra (el living, el jardín, el patio, la habitación, etc.)
Se colocan los soldados de un ejército atrincherados (semi ocultos) de un lado, y los otros del otro lado. La ubicación es indistinta, pero la única condición es como mínimo se pueda ver un 25% (un cacho bastante mas que la mitad) para que pueda ser divisado por el otro ejercito.
Una vez colocados todos los soldados se sortea quien comienza a atacar (puede ser con una moneda, un dado o un mazo de cartas) y una vez que se sabe quien arranque comienza la lucha.
El que comienza elegirá un soldado de su ejército para “sacrificarlo” y desde su posición, en lo posible detrás o a la misma altura que sus soldados, lo lanzará intentando bajar alguno del otro. Si no acierta, será el turno para el otro ejército, que utilizará el mismo soldado que fue arrojado. En el momento que algún objetivo es derribado, se pueden utilizar los mismos “muertos” para derribar a los otros. Así hasta que un ejército se quede sin soldados. Si en algún momento, quedando un solo soldado y no teniendo “muertos” para tirar, se pueden hacer 2 variaciones:
1) Rendirse
2) Utilizar una caja de banditas elásticas, e ir arrojándolas con los dedos apuntando a los adversarios.
El que se quede primero sin soldados o sin municiones, perderá el juego y deberá recoger todos los soldados y separarlos por color para la próxima batalla.
Si en algún ataque se destroza una maceta, un adorno, un vidrio o cualquier cosa de valor, no se aflijan, sus padres recodarán que ellos también fueron niños y los castigaran… pero poquito.
2 comentarios:
Yo era más de jugar con muñequitas... A mi abuela no le parecía bien que me regalasen soldaditos... pero igualmente, creo que todos los niños de antes teniamos una imaginación desbordante... nada que ver con los cabeza-cuadrada de los videojuegos de hoy en dia... ¡¡que lastima!!
Saluditos
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