jueves, 20 de marzo de 2008

PUEBLO SIN NOMBRE

Este cuento es de ficción, cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia. La foto es a modo ilustrativo.


El algún lugar de la provincia de Buenos Aires se encuentra un pueblo que no tiene nombre. Es imposible llegar hasta él sin que alguien lo guíe a uno, ya que se encuentra sobre una ruta que no tiene número, a la salida de algunas de las tantas rotondas sin señalizar del país.
Una vez sobre la ruta hay que desviarse en un camino de tierra que esta escondido detrás de un monte que impide completamente advertir el camino o alguna señalización, si la hubiera, porque tampoco existe cartel alguno.
Cuando uno entra lo hace por la avenida principal. Una calle dividida por canteros que es la única entrada y salida al pueblo. Son apenas tres cuadras de lo que vendría a ser el centro. Una panadería, una carnicería con verdulería, un kiosco, una boutique y un almacén conforman la zona comercial, las demás son casas bajas y algún terreno baldío con los yuyos altos.
La Avenida tampoco tiene nombre, ni las casas numeración, pero basándose en la mayoría de los pueblos de Argentina, no sorprendería que se tratara de la Avenida San Martín, ya que todas las avenidas principales de los pueblos tienen ese nombre.

Al final del recorrido uno se topa con un edificio antiguo, que se trata de la municipalidad del pueblo, a unos metros esta la iglesia. No sin antes atravesar una iluminada plaza con 5 canteros sin flores, dos hamacas, una fuente seca y un monumento de una figura humana con un sombrero abananado montado sobre un cuadrúpedo demasiado gordo para ser un caballo y demasiado flaco para ser una vaca. Basándonos en la misma teoría que antes, estaríamos en presencia de la plaza San Martín.
La pequeña avenida se bifurca al encontrarse con el municipio en dos calles. La de la izquierda, que está pavimentada, señalizada e iluminada tiene en la esquina donde comienza (0 a 100) el nombre de CAMINO FACIL. Se pueden ver que avanza dos cuadras y luego dobla de repente a la izquierda.
La calle de la derecha es de tierra y es recta. Si se agudiza la vista no se puede llegar a ver el final, pero se ve que hay charcos gigantes, árboles que impiden el paso, zonas de arena fina que harían encajar cualquier vehículo y miles de obstáculos. No tiene el cartel que le da el nombre, pero si se remueven las hojas del cordón cuneta se puede leer escrito con tiza: CAMINO DIFICIL.
Pero esa no es la única diferencia entre los dos caminos. El de la Izquierda, CAMINO FACIL, tiene una sola mano, y es de ida. El de la Derecha, CAMINO DIFICIL, tiene doble mano, ida y vuelta.
Dentro de la municipalidad se encuentra una pequeña biblioteca. En ella se puede acceder a varios libros de ciencias, literatura y arte, y hay una pequeña sección con textos que relatan la historia del pueblo dividida en dos sub-secciones. Las prroezas de aquellos que atravesaron la calle de la Derecha y lograron grandes cosas, y también los que fracasaron en sus sueños y objetivos, pero también atravesaron la calle CAMINO DIFICIL. Son unos pocos libros, pero allí están todas las grandes personalidades del pueblo.
La mayoría de los libros se encuentran en la sección que relata los que fueron por la calle CAMINO FACIL. Pero hojeando cualquier libro se puede llegara rápidamente a la conclusión de que ninguno tiene final. Son personas que eligieron el camino se la izquierda deslumbrados por las luces y los carteles, o los que cansados de fracasar por la CALLE DIFICIL, volvieron por enésima vez y cambiaron de rumbo, yendo hacia el lado opuesto, pero de la mitad del libro hasta el final solo hay páginas en blanco.
De la calle CAMINO FACIL no se puede volver, porque como lo mencioné antes, tiene una sola mano y es de ida. No se sabe que hay al doblar a la izquierda, luego de atravesar esas dos cuadras llenas de señales luminosas, porque nadie ha vuelto para contarlo. Si se sabe que la CALLE DIFICIL le hace honor a su nombre, y que se puede llegar muy lejos o morir en el intento.
Algunos, entre los que me incluyo, creemos que el pueblo no tiene nombre porque no le hace falta, cualquiera que lo ve se da cuenta que se trata de LA VIDA.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que lindísima historia... La vida

Saluditos