
Esta tarde a las 19:35 me subo por primera vez a un avión de línea desde Córdoba a Buenos Aires. El motivo del viaje es un curso que dicta mi empresa una vez que el empleado cumple el año en la compañía. Recuerdo haber volado una sola vez en una avioneta a la que se le abría la puerta izquierda. Fue hace mucho, cuando era muy chico y si mal no recuerdo no lo hicimos muy algo porque se veían los jugadores de El Nacional jugando contra Quilmes.
No estoy nervioso. Mas bien ansioso. Después del viaje me espera un Hotel cuatro estrellas a dos cuadres del obelisco.
El lunes voy a ir a ver a Alejandro Dolina nuevamente al Paseo de la Plaza, que queda a 6 cuadras de donde me hospedo.
El balance del año, que a mediados del mismo era aterrador, esta comenzando a equilibrarse. El martes a la tarde estoy volviendo a Córdoba con otra materia pendiente aprobada: Volar.
No estoy nervioso. Mas bien ansioso. Después del viaje me espera un Hotel cuatro estrellas a dos cuadres del obelisco.
El lunes voy a ir a ver a Alejandro Dolina nuevamente al Paseo de la Plaza, que queda a 6 cuadras de donde me hospedo.
El balance del año, que a mediados del mismo era aterrador, esta comenzando a equilibrarse. El martes a la tarde estoy volviendo a Córdoba con otra materia pendiente aprobada: Volar.
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