Con un recital que esperaba desde hace dos meses, cuando compre las entradas para ver a Andrés Calamaro nuevamente en el Orfeo, presentando también a Fito Cabrales y su banda, Fito & Los Fitipaldi, cerré casi definitivamente el año.
Tres horas y media de pura energía Roquera, comenzando por el grupo español, que nadie conocía, durante 45 minutos y mas tarde con El Salmón, que rompió un Orfeo colmado con mas de 10.000 personas. Cabe destacar que a los Fitipaldis los vengo siguiendo desde hace más de 4 meses, aún cuando jamás pensé que podría verlos en vivo. Es por eso que pude concurrir a dos recitales que quería por el precio de uno, y una hora mas tarde pude verlos tocar juntos en el mismo escenario. Creo que era el único que se sabía todas las canciones de la banda ibérica.
La parte negativa de un show único fue que cuando iba para el Orfeo en Colectivo, luego de haber hecho la mitad del recorrido, recordé que las entradas para ingresar estaban sobre la mesita de luz de mi habitación, muertas de risa… y me tuve que bajar, tomar un taxi hasta casa y luego otro (en este caso el mismo) hasta el Orfeo.
No pudimos conseguir las ubicaciones que yo quería, pero tampoco llegamos tarde y conseguimos buenos lugares. Y lo mas malo que paso fue que mucha gente no respeto a la Banda invitada por Andrés, y en muchas oportunidades les gritaron cosas como: La ultima y chau!!!, pelado p….to!!! bueno basta!!! Y me tuve que contener por no golpear a algunos. De todas formas salté, grité, silbé y canté todas las canciones como para que la estrella de Rock, número uno de España, se sintiera, al menos por algunos minutos, como en su Bilbao natal.
1 comentario:
Yo también estuve ahí, derramando lágrimas en el domo ardiente.
Lo que más me sorprendió fue escuchar a Andrés cantar LO QUE NO EXISTE MÁS.
Y TODO LO DEMÁS, también.
Qué show increíble.
Qué ganas de volver a vivirlo mil veces más.
Abrazo y saludos
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