
Es por eso que muchas veces me encuentro en lugares por los que no me animo a pasar por temor a que me recuerden.
Lentamente el miedo va pasando, y puedo volver, por ejemplo, a lugares donde trabajé hace 5 años.
Pero a veces, como me pasó la semana pasada, la necesidad del trabajo hace que tengas que entrar a un reciente mi ex laburo, en el epicentro emocional de mi último empleo donde todo terminó muy mal y cartas documentos mediante terminaron pagando por sus faltas legales.
Todas estas gambetas cotidianas y tensiones de estar en lugares donde uno no quiere te destuyen la cabeza y el estómago.
A partir de hoy buscaré una valvula que regule de manera lógica estos momentos, para que los miedos de volver a ciertos lugares vayan pasando mas rápido que los nuevos lugares prohibidos que voy generando con el paso de los días.
A partir de hoy dejaré de sembrar la semilla del fugitivo.
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