MAGO FRUSTRADO

El viernes pasado me detuve en las intersecciones de las calles 9 de Julio y San Martín, cerca del mediodía, para ver al mago que se encuentra en su puestito todos los días. El tema es que me quedé sorprendido con uno de los trucos que realizó, donde muestra una lapicera, y al ponerle el capuchón hace un movimiento de manos como si la quebrara y esta desaparece ante mis incrédulos ojos.
Lo vi una vez y luego me quedé para verlo nuevamente, y otra vez me dejó con cara de tonto (aún mas que de costumbre), al finalizar el truco los vendía junto con sus instrucciones y no dudé en comprarlo.
En el colectivo ya había sacado los materiales y las instrucciones y las explicaciones no me convencieron demasiado.
Al llegar a casa comencé a practicarlo frente al espejo con resultados completamente desalentadores.
A la mañana siguiente volví a la peatonal para ver nuevamente el truco, ya sabiendo como lo hace, y luego de dos repeticiones ante mi intensa mirada me volvió a dejar pintado. Es IM-PO-SI-BLE lo que hace, y sin embargo los movimientos previos son los correctos, pero a la hora de hacer desaparecer el bolígrafo no logré descubrirlo.
Las instrucciones dan como garantía la posibilidad de preguntarle personalmente como se hace, pero la verdad es que no me da la cara. Mejor reconozco mi inhabilidad con las manos y continúo mi vida agregando a las frustraciones habituales, la de mago.