Si nos gusta esa remera que muestra toda las gama de colores primarios y secundarios y sus derivados, y tenemos la plata, la compramos y no esperamos a llegar a casa para estrenarla.
Si nos gusta una comida por mas que sea un choripán completo con esos menjurjes raros que le ponen, y tenemos la plata, lo compramos y lo comemos sin un gramo de culpa.
Y con respecto al sexo opuesto simplificamos aún mas la cosa. No existen en nosotros, me gusta pero no es mi tipo, es fea pero interesante, etc. Solo se reduce a un cavernícola: LE DOY – NO LE DOY.
Somos simples, crotos, gordos y si no estamos solos es porque encontramos a una persona que piensa que somos horribles pero buenos.
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