
El viernes esperaba a que me atendieran en la farmacia IOSE que esta justo enfrente de un cine de este genero.
Por el espejo veía ingresar a personas mayores sin ningún tipo de inhibiciones y salir a personas similares con la camisa afuera del pantalón y en la mayoría de los casos fumando un cigarrillo con cierta expresión de placer.
Quien escribe confiesa que la curiosidad por conocer estos lugares es mucha, pero no tengo la suficiente cara para entrar en pleno centro, pedir una entrada en la boletería, y mucho menos salir nuevamente a la calle con cara de felicidad como quien sale de ROYAL con la bolsa llena de golosinas.
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