Si, tengo que confesarlo, estoy yendo al psicólogo. En este caso del género femenino, pero mas o menos es lo mismo, supongo, porque es la primera vez que voy a un especialista para hacerme ver la cabeza. Tanta presión no podía derivar en otra cosa. Estoy loco.La primera sesión resultó bastante rara. De entrada le confesé que desconocía los motivos por los que había sacado el turno, y ella me pidió que hablara. Bastante ridículo me sentí, es la verdad, pero el resumen de mi historia concluyó con un diagnóstico acertado: Tengo muchas cosas en la cabeza.En esta segunda sesión comencé expresando mi incomodidad de la primera vez, ya que me sentí bastante extraño contando cosas intimas a una persona que no conozco, pero entiendo que debe ser como cuando uno va al médico y tiene que quedar desnudo frente a una persona, que mas allá de tocarte con guantes se sabe que un tipo común y corriente del planeta La Tierra.La verdad que esta vez estuvo mucho mejor. Habló un poco mas, preguntó bastante y eso me gustó, porque para monólogos tengo este blog.Las conclusiones de este semana fueron que uno no puede dar mas del 100% de sí mismo, que vivo escapando de todos los lugares y de todas las cosas y dijo algo de una línea de hombres que han marcado mi vida, ya que hable de la muerte de mi abuelo, la relación con mi viejo y mi hermano. En ese momento pensé que me estaba diciendo que soy un poco gay, pero debe ser que todavía no nos entendemos del todo.
Parece mentira, pero el miércoles que viene tengo la tercera sesión y tengo ganas de ir.
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