miércoles, 19 de diciembre de 2007

LA NOCHE DEL PECADO

Siempre nos pasa lo mismo. Estamos ansiosos por que llegue ese día. No precisamente debe ser uno en especial. Puede ser cualquiera, porque lo elegimos nosotros, como pareja, pero ese día sabemos que va a ser único e inigualable. Nos preparamos desde el mediodía, porque esa noche va a ser especial y no queremos llegar mal.
Las horas parecen interminables, pero al fin llega el momento. Nos ubicamos en posición, nos preparamos y hasta organizamos un plan para que todo salga redondo.
Estamos frente a frente, cara a cara, ella me mira y yo la miro. Ambos estamos dispuestos a dar ese primer paso, pero le dejamos el lugar al otro. La tensión comienza a subir y ya no aguamos mas. Es el momento. Luego es tarde. Lo estuvimos esperando desde la última vez y atacamos.
Atacamos primero la mesa de los fiambres, Vitel Toné, pollo arrollado, Sushi, jamón crudo y alguna ensalada interesante. Después vamos a las “cosas ricas” y encaramos las rabas, los cornalitos fritos y las papas fritas rejillas.
Esperamos que baje el segundo plato y vamos a las papas a la crema, lomo al champignon, carré de cerdo a la Alemana, Riñoncitos al vino blanco y ya no podemos mas.
Ella me dice: “no otra vez, no de nuevo…”, pero la tiento y vamos directamente a la parrilla. Ya no queda mucho a esa hora pero las costillas, el vacío y el cerdo nunca faltan. Y hacemos lugar para el postre… y nos abalanzamos a la ensalada de fruta, el helado, peras al vino tinto. Si, hay alguna torta rica, y un pionono con dulce de leche y un milhojas que no podemos terminar, aunque quedamos en la pagina 997.
Llegamos así al final. Pagamos el tenedor libre y nos levantamos contentos. Hacemos una cuadra y no podemos movernos. No tanto por la cantidad de alimentos ingeridos sino por la culpa. La culpa que produce la gula. Nos vamos a un barcito y pedimos una cerveza digestiva. Ya son las doce de la noche y nos quedamos sentados, mirando la gente y riendo del mundo. Ya es la hora de los boliches. Comienza la noche… y nos levantamos. Es la hora de la verdad.
Paramos un taxi y nos vamos a dormir.

1 comentario:

Tapi dijo...

Y después de comer todo eso, que otra cosa les queda??