domingo, 20 de mayo de 2007

EL CLASICO DE LOS DOMINGOS

Hace ya varios fines de semana que el clásico del domingo dejó ser el fútbol, o el asado o las pastas o el pollo al horno con papas o los paseos por la ciudad. Ya el helado quedó en segundo plano, como la Coca Cola o la torta con dulce de leche a la tarde. Ahora, todos los domingos después de comer nos sentamos en el patio a escuchar como se pelan los vecinos de al lado. Algunas veces es muy gracioso pero otras no lo es tanto. Sobretodo cuando en las discusiones, que siempre incluyen insultos y degradaciones, están presentes sus hijos.
A veces nos miramos y nos reímos, pero otras veces nuestras miradas invitan a volver adentro, abrazarnos y a prometernos que pase lo que pase nunca llegaremos a esa situación, de la que por suerte hoy en día estamos muy lejos.
Mientras tanto su matrimonio se caer a pedazos, sus hijos crecen mal educados y su perro salchicha defeca cada día en la entrada al portón de nuestra casa.


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