La lluvia del miércoles no impidió que fuera a mi tercer encuentro con la psicóloga.Como el lunes comencé a sentir que había retomado nuevamente mi rumbo, le comenté lo mal que la pasé la semana pasada, la catarsis del fin de semana y el cambio desde el lunes hasta ese día.
Cuando quise acordar estaba hablando de mis temores en la niñez y de los sentimientos de desarraigo que poseo, a veces sin motivo.
Cuando faltaban 15 minutos para que se termine la sesión comenté un sueño que había tenido dos noches consecutivas en la que yo estaba buscando trabajo en el diario porque me habían echado de la empresa donde estoy y sentía una gran culpa por no haber cuidado ese empleo. Sin pensarlo anotó un par de cosas, cerró su cuaderno y me dijo que por hoy era suficiente, que me esperaba la semana que viene y que ya tenía para trabajar toda la semana.Le pregunté por que me tenía que ir si todavía no había pasado la hora y se rió. Le pregunté si el trabajo para la semana lo tenía que hacer yo o lo iba a hacer ella, y me dijo que yo, mientras se reía.Le dije que no sabía como, y me dijo que yo si sabía, y se volvió a reír. Siento que esta mina me esta cargando o algo así, pero el miércoles que viene voy a ir, aunque sea a sacarme la duda.
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